Los zorzales, "Turdus spp", son una familia con numerosas especies en la fauna europea.

El zorzal común es de mediano tamaño, unos 23 cm de largo, pardo por el dorso y con el pecho claro moteado hasta el vientre.

El pico y las patas son pardo amarillento.

El zorzal común es el más común como invernante en nuestra provincia en zonas de media montaña.

Como nidificante ocupa desde la cornisa cantábrica y prepirineo hasta toda Europa, exceptuando la mitad sur de Italia y de la Península Balcánica.

Uno de los invernantes más abundantes y más visibles aunque sea bastante esquivo porque sus ambientes preferidos son los humanizados, con olivos, matorrales, incluso parques y jardines donde haya arbustos con fruto.

Bosques de todo tipo, parques y jardines en su área de nidificación, especialmente con cobertura arbustiva.

Como invernante es muy adaptable y busca por encima de todo abundancia de recursos, lo que lo hace especialmente abundante en los olivares.

Durante el invierno se alimenta de frutas, especialmente aceituna, así como de otras muchas especies de frutas silvestres, aunque no desecha los insectos, lombrices y caracoles.

Esquivo, posiblemente como adaptación a la fuerte presión cinegética que sufre.

Canta incluso en invierno, aunque más frecuentemente solo oiremos el chasquido "chitt" que hace al salir huyendo del matorral.

Anida en setos y arbustos.

Común en invierno especialmente abundante en áreas de olivar.

Toda la provincia, incluso la costa con olivos viejos y abandonados cuando se ha cosechado la aceituna en las zonas más productivas.

El zorzal alirrojo tiene el costado y bajo el ala de color naranja, es más pequeño, y solo nos visita en zonas de montaña en inviernos crudos.

El zorzal charlo es más grande, tiene las motas oscuras del pecho y vientre más grandes, y es habitual en pinares de media-alta montaña. Es sedentario.

No amenazado.