Del tamaño de un perro pequeño. Hocico puntiagudo, orejas triangulares, patas cortas y cola muy gruesa por la espesura y longitud del pelaje.
Coloración algo variable pero fundamentalmente rojizo con manchas negras en las patas y en la cola, que suele terminar en mancha blanca.
Pelaje espeso, de color más claro en el vientre.
Ampliamente distribuido por todo tipo de hábitats. Capaz de vivir desde en la cercanía de pueblos hasta las más altas cumbres de Sierra Nevada.
Prefiere espacios parcheados de bosque y matorral con cultivos, donde encuentra más diversidad y abundancia de presas.
A veces muy cerca de los pueblos.
Muy discreto, pasa desapercibido por sus hábitos nocturnos, aunque diariamente realiza importantes desplazamientos por su territorio.
Su espectro alimenticio es tan amplio como podamos imaginar. Come desde carroñas de ungulados, aves, nidos, conejos, reptiles, invertebrados y sus larvas enterradas, ahasta desechos en vertederos. Gran consumidor de micromamíferos, ratones, y topillos especialmente.
En Sierra Nevada se le puede ver campeando en pleno día a la caza de Topillos nivales en sus madrigueras en los pisos Supra y Oromediterráneo.
Durante el otoño especialmente es gran consumidor de frutos silvestres y no rechaza los cultivados actuando como dispersante de las semillas que a menudo están presentes en sus heces.
Excava madrigueras propias o a partir de otras de conejo que amplía, donde tiene lugar el parto y la cría de los cachorros.
Descansa durante el día en sus madrigueras, que pueden tener en sus proximidades restos de presas consumidas y deyecciones de los cachorros.
Se diferencian de las de Tejón en que las de zorro suelen tener olor y moscas.
Puede oírse su ladrido nocturno, especialmente en época de celo que tiene lugar en invierno.
Ambos sexos se ocupan de los cuidados alimenticios de la camada.
Territorial, a menudo marca con sus deyecciones los lugares por donde transita, frecuentemente caminos y pistas.
Cuando se le sorprende en paisajes abiertos simplemente se mantiene a cierta distancia que él considera segura y sigue desarrollando su actividad de búsqueda, no siendo raro ver el mismo ejemplar varias veces conforme vamos avanzando.