Ave de color pardo-grisáceo poco vistoso, con capirote negro los machos y pardo en las hembras. Su plumaje es especialmente discreto.

Unos 14 cm de longitud.

La curruca capirotada es una de las currucas más comunes en nuestra región como invernante.

En la época de cría es escasa y localizada en espesuras de vegetación habitualmente asociadas a arroyos y riberas.

Muy a menudo emite su reclamo de curruca poco insistente mientras está oculta.

El área de cría de la especie abarca toda Europa excepto el norte de Escandinavia.

En la Península Ibérica se reproduce exceptuando zonas de la zona centro y Levante.

Durante el invierno recibimos en Andalucía una importante oleada de aves del centro y norte de Europa. Una parte de ellas quedan y otros grupos siguen para invernar al sur del Sáhara.

En primavera vuelven en oleadas y se sedimentan durante varios días en lugares propicios donde recuperan peso y desde donde vuelven a dar el siguiente salto hacia sus territorios de cría.

Espesuras. La vegetación espesa bien desarrollada en altura es el hogar de la especie. Independientemente de las especies que la constituyan, necesita cobertura y espesura donde refugiarse.

En invierno es una de las especies más abundantes en los olivares y zonas de vegetación mediterránea bien desarrollada.

A menudo es visible en  setos de parques y jardines, donde suele mostrarse menos arisca.

Escondediza. Si bien las currucas son aves poco dadas a mostrarse, el caso de la capirotada es de los más extremos. Especialmente durante el invierno en que abunda en toda forma de vegetación que tenga espesuras o abundancia de frutos, es difícil verla con calma porque es de las aves más desconfiadas.

Una de las especies más importantes del grupo de frugívoros-dispersantes de semillas del matorral mediterráneo, tanto por su abundancia como por su dieta casi exclusivamente frugívora en otoño e invierno.

Canto melodioso que emite a veces en lugares poco habituales durante la migración.

Muy abundante en invierno en olivares de toda la provincia.

En primavera escasa y ligada a manchas de vegetación de gran desarrollo vertical.

La curruca cabecinegra tiene cierto parecido pero usan otros hábitats y es sensiblemente más pequeña.

Realmente es un ave tan esquiva que a veces se identifica por eliminación.  Su check-check  de reclamo, así como sus melodiosos gorjeos emitidos incluso en invierno, también ayudan a reconocerla.