El yeso presenta la siguiente composición (peso molecular de la fórmula empírica dividido por las sumas de los pesos atómicos de cada elemento para obtener el porcentaje de cada uno de ellos):

Cristales tabulares alargados de hasta casi un metro de longitud, con frecuencia arqueados o distorsionados, lo que hace que las caras del cristal sean en ocasiones curvas.
Son comunes las maclas de contacto y compenetración en forma de punta de flecha o cola de golondrina.

Mineral muy blando, ocupa el segundo lugar en la escala de dureza de Mohs, y perfectamente exfoliable en láminas u hojas.
El brillo, en terminos generales es vitreo, pero pasa a ser nacarado en las superficies de exfoliación o sedoso, si el yeso es fibroso. Tonalidades diferentes: incoloro, blanco, amarillento, pardo, rojizo.

Mineral muy común, sedimentario de origen químico (tipo evaporítico). Al ser una sal de baja solubilidad, cuando se evapora el agua marina, lacustre..., precipita rápidamente junto con anhidrita, halita y otras sales mas solubles de Mg y K.
También se puede formar yeso por hidratación de la anhidrita, por precipitación directa en fumarolas o manantiales de agua caliente, etc.

Mineral muy común en toda la provincia, Sierra de Baza, Benamaurel, La Malahá, Peligros, Las Gabias, Atarfe, Murtas, Turón, Albuñol, etc.

El uso principal del yeso es el de material de construcción. La variedad alabastro se utiliza con frecuencia en esculturas y la variedad selenita es muy apreciada por los coleccionistas de minerales.