De unos 15 cm de longitud, con pico grueso, mitad superior de la cabeza de color gris y mejilla, cuello y partes inferiores de color pardo rojizo.

Dorso parduzco y doble banda alar blanca visible en reposo y en vuelo.

Cola larga con rectrices externas blancas.

Las hembras tienen un patrón de color mucho más discreto dominado por el pardo oliváceo claro.

Vuelo ondulado.

Común en toda Europa. Durante el invierno migran al sur en grandes bandos que a menudo están compuestos por  aves de un solo sexo. De ahí viene el origen de su calificativo específico, "coelebs", de célibe.

En Andalucía es mucho más abundante en invierno en que los invernantes forman bandos monoespecíficos o mezclados con otros fringílidos como verdecillos, lúganos, jilgueros, etc y vagan en importantes grupos por todo tipo de matorrales y zonas de arbolado disperso buscando alimento.

Asimismo es sedentario en zonas boscosas, donde podemos escuchar en primavera su característico y repetitivo canto territorial.

Bosques de planifolios fundamentalmente, si bien también crían en pinares si no son especialmente espesos.

También ocupan parques y jardines, huertos, sotos y dehesas. Siempre que haya arbolado es posible encontrarlo criando.

Se alimenta de granos así como de insectos, siendo de especial importancia en primavera en los robledales su predación sobre las distintas especies de orugas defoliantes.

Cría en los árboles y arbustos altos, haciendo nido en forma de copa con materiales vegetales, plumas y pelo.

Las aves sedentarias se comportan como lo haría un ave forestal, si bien usan abundantemente los pastizales y matorrales en el ecotono de los bosques.

Los invernantes, muy abundantes, usan preferentemente campo abierto y  zonas cultivadas, almendros, olivos, viñas, etc., donde comen preferentemente en el suelo.

Todos los bosques caducifolios como nidificante, desde encinares secos a robledales de melojo "Quercus pyrenaica" en Sª Nevada.

Durante el invierno común en matorrales y olivares en general con otros fringílidos.