• Carbonero garrapinos posado en las ramas de una encina.
• Hecha sin camuflaje, a la espera.
• Es de destacar en esta foto la coloración tan llamativa del plumaje del vientre, muy poco frecuente en esta especie.

El C. garrapinos es la única especie de párido que tiene píleo negro y mancha blanca en la nuca. Además tiene babero negro que llega a unirse con la mancha de la cabeza dejando la mejilla blanca muy llamativa.

El dorso es de color grisáceo y el vientre en general es casi blanco pero en algunos ejemplares puede ser rosado.

Es un párido pequeño, de unos 11 cm de largo, muy activo.

Prácticamente toda Europa y buena parte de Asia.

Las poblaciones del norte de Europa, Escandinavia, hacen migraciones hacia el sur evitando la crudeza del invierno.

Tiene preferencia por las coníferas, aunque también ocupa bosques mixtos con planifolios.

Se alimenta de insectos; escarabajos, orugas defoliantes, moscas, arañas, etc.

En los claros de bosque puede alimentarse de semillas tanto de cardos como de otras herbáceas.

Durante el invierno muestran mucha versatilidad y son capaces de buscar alimento en los aledaños de los bosques, saliendo a zonas de cultivo.

Muy activo, inquieto, se mueve con rapidez en las copas de los árboles buscando invertebrados.

Siempre en grupos, de mayor tamaño durante el invierno en que suelen ser multiespecíficos, reuniendo a otros páridos, pinzones, mitos, agateadores o reyezuelos.

Anida en agujeros de árboles, en taludes rocosos dentro del bosque, situando el nido a poca altura.

A menudo usa para criar cajas anideras.

Muy frecuentemente se oyen sus contínuos reclamos mientras forrajea en las copas de los pinos siendo difícil de ver con claridad.